Dice Ediciones CorregidorJauretche para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero.
Como a don Arturo conviene tenerlo siempre a mano, relanzamos toda su obra en versión pocket con nuevo diseño. Comenzamos con cuatro títulos fundamentales: Manual de zonceras argentinas, El medio pelo en la sociedad argentina, Los profetas del odio y la yapa y Política nacional y revisionismo histórico. Durante el curso del año, iremos completando los volúmenes restantes. Si todavía no te acercaste al hombre que dio origen al Pensamiento Nacional, es tu oportunidad para hacerlo. Si ya lo hiciste, podrás releerlo. La vigencia de los escritos de Jauretche es indiscutible.
 
 
Arturo Jauretche está más presente que nunca y Ediciones Corregidor me encargó el rediseño de sus obras completas en versión pocket.

Por dónde empezar: sus libros les cambiaron la cabeza política a varias generaciones y, al nombrarlos, sus lectores se referían a ellos abreviando los títulos: “las zonceras”, “el medio pelo”, es decir, los llamaban por esas palabras/conceptos que Jauretche inventaba, forjaba y dotaba de nuevo significado. Cuando alguien dice «zonceras», «medio pelo», «vendepatria» o «cipayo», está siendo jauretchiano. Aunque no lo sepa.

La editorial me pidió como condición que en todas las tapas apareciera una foto de Arturo y como siempre trabajamos con pocos recursos no había forma de conseguir 20 fotos de calidad suficiente para ser publicadas, por eso trabajé sobre la foto que me parecía más emblemática para construir la colección alrededor de su figura. Su figura es icónica, sus conceptos/palabras también. Mi tarea fue buscar la forma menos forzada para lograr impacto, novedad y coherencia sin caer en obviedades.
1
En la primera versión quería sacarme la tentación del recurso gráfico. El noticiero de los cines de los años 50 como referencia visual algo exagerada y obvia. 
2
En esta versión aparece la foto/figura de Don Arturo en acción. Enfilando para nosotros.
Hay una búsqueda consciente de que la colección se vea contemporanea, sus ideas lo son. Todavía se ve ingenua.
3
Tipografias bastardas digitales, de las que nadie se hace cargo. Medio lindas, medio feas, habitualmente despreciadas por el establishment del diseño.
4
¿Y si uso un viejo manual del letrista de los años 60? Se usaban para darle letra al letrista.
Me gustaba porque la colección se volvía más cálida, como un día peronista, e incluso tanguera (Jauretche era íntimo de Homero Manzi)
5
Un experimento de color que sirvió como punto de partida para la versión final, alejando un par de grados los signos de la manualidad y acercándolos a lo digital.
La Elegida
La versión final, luego de amplio debate, es una mezcla. O una evolución. Volvimos a las tipografías bastardas. Las conocemos todos pero nadie las usa aunque la mayoría está por default en todas las computadoras. Es como si las heredáramos. Otras se pueden descargar de manera gratuita de conventillos tipográficos, sólo hay que saber revolver. 
 
American Typewriter, Gill Sans Ultra Bold, Cooper, Poplar, Bernard y alguna yapa: ese es el repertorio de la colección. No son de nadie pero son de todos. Como esas palabras/conceptos que Jauretche definió para siempre y ayudan a pensar a todas las generaciones desde 1957.
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